Albatros. Albatros. Diomedeids.

Albatros ojeroso. Albatros cellanegre. Thalassarche melanophris.

Observar aves marinas representa un reto para cualquier amante de la ornitología, pues pasan la mayor parte del tiempo surcando el océano, lejos de la costa. En las zonas donde abunda la pesca se concentran miles de individuos para alimentarse, cada uno a su estilo. Los alcatraces se lanzan en picado y penetran como un torpedo bajo el agua; las pardelas y albatros planean sobre las olas y atrapan sus presas cuando tocan la superficie; los paíños revolotean como mariposas para recoger pequeños organismos flotantes; los págalos piratean a todos, obligándoles a desembuchar su pesca en pleno vuelo; y las alcas y los araos, como los pingüinos, persiguen a sus presas buceando a gran velocidad.

Alcatraz. Mascarell Comú. Morus Bassanus.

En la época de cría la mayoría de aves marinas se dirige a islas remotas, o a costas con imponentes acantilados, para formar colonias superpobladas y ruidosas. Estos son los lugares donde se pueden avistar más fácilmente, pero nos quedan muy lejos: en Noruega, Islandia, Groenlandia, Escocia e Irlanda.

Una vez que los pollos se valen por sí mismos, las aves vuelven a mar abierto para pasar los meses invernales. Pero la climatología empuja a muchas de ellas a buscar refugio en puertos, rías y estuarios cuando el frío y los temporales azotan el Atlántico Norte. Galicia y las costas cantábricas se convierten entonces en su área de invernada preferida en España. Aunque unos cuantos ejemplares se aventuran más allá, cruzan el estrecho de Gibraltar, y deambulan por las tranquilas aguas del Mediterráneo.

Alca. Gavot. Alca Torda.

Alca. Cauet. Alca Torda.

El alca común (Alca torda) es una de esas especies marinas que puede observarse cerca de nuestras playas, aunque su presencia sea irregular y escasa. La mayoría de individuos que llegan a las costas valencianas son jóvenes nacidos el verano anterior, que se distinguen de los adultos por tener el pico menos grueso y carecer de una fina lista blanca en él. Asemejan un pequeño pingüino, con el vientre blanco y el dorso y la parte superior de las alas negros. También se zambullen como ellos, aguantando mucho tiempo bajo el agua, pero son capaces de volar aleteando a gran velocidad bien pegados a la superficie.

Este invierno estamos teniendo una presencia excepcional de alcas en la costa levantina, y se están dejando ver a pocos metros de la orilla. Es una ocasión que no debéis dejar pasar si os interesan las aves. Tan sólo hay que acercarse a la playa con unos prismáticos o un telescopio y tener un poco de paciencia. Los mejores sitios son las desembocaduras de las golas y los espigones. Con suerte, aparte de disfrutar con estas curiosas aves, podréis ver alcatraces, pardelas baleares y algún págalo.

Pardela cenicienta. Baldriga cendrosa. Calonectris diomedea.

Pardela cenicienta. Baldriga cendrosa. Calonectris diomedea.

Angel Bereje.

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